Un día de plaza

Las plazas son los corazones de nuestros pueblos en México, localizados en el centro del pueblo, siempre serán la referencia obligatoria.

10/24/20253 min read

Las plazas son los corazones de nuestros pueblos en México, localizados en el centro del pueblo, siempre serán la referencia obligatoria. Una buena plaza tiene características especiales pero comunes en todos los pueblos: el cielo y el infierno juntos (la iglesia y el palacio de gobierno, o al revés 😊 ), el quiosco, las fuentes, los jardines, los comerciantes alrededor y por supuesto la plancha alrededor del parque para los paseos después de misa. La plaza de Zacatlán es reconocida es reconocida por su reloj floral pero no siempre ha sido así …

El principio de la plaza como la conocemos se remonta a la segunda mitad del siglo XIX; en su libro “Recuerdos del Ayer” el profesor Moisés Rivera menciona que los franceses ocuparon Zacatlán entre 1863-1866 y fueron quienes sembraron los arboles, los truenos, que llenaron la plaza hasta 1941; menciona también que el trazo del Palacio Municipal (cuya construcción empezó en 1876) se atribuye a un ingeniero de origen francés.

En esta plaza todavía existían casas particulares junto al convento, el mercado municipal (Mercado de la Paz) se ubicaba entre el convento y el curato, en una construcción que parecía una gran palapa; en este mercado los días de plaza eran los viernes y los domingos. La gente de razón (Si, la discriminación siempre ha existido) tenía su día de plaza los domingos, y los viernes era para la gente de la sierra, quienes tenían su plaza en los atrios del convento y la parroquia. Desde entonces podemos ver el imán que tienen los mercados y plazas con las personas, ya sea el comercio o la comida la plaza estaba llena, gente dispuesta a viajar desde otras comunidades de la sierra listos para vender los mejores productos que podían traer en sus chitas como nueces, higos, aguacates, tamales, moldes Cada domingo se podían oír conciertos para amenizar las caminatas después de misa y también había manifestaciones.

Tiempos de cambio llegaron a Zacatlán después de la primera Feria de la Manzana y en 1941 se decidió renovar la plaza con un jardín moderno. Todos los arboles fueron tirados y el antiguo quiosco fue reemplazado. Se añadió un pequeño monumento a la Bandera, frente a Palacio Nacional. Pero los días de plaza continuaban, con la gente ofreciendo sus mercancías en la calle, afuera del mercado de la Paz. Esta es la plaza con la cual muchos crecimos, patinando o andando en bicicleta en la plancha elevada, paseando en coche con los amigos, disfrutar una tarde tranquila de verano oyendo a los pajaritos cantar, comiendo una paleta, celebrando los fines de escuela mojándose en las fuentes o donde se podía uno reunir después de misa, o de un desfile de 16 de Septiembre o 20 de Noviembre. Los días de plaza también cambiaron en estos tiempos puesto que el mercado fue movido a su actual ubicación en los años 60s.

En la década de los 80s se realizó la transformación que es la base de la plaza actual. En esta renovación se quito el quiosco anterior y su reemplazo con el teatro del pueblo, se instaló el reloj floral monumental, se cerraron calles y el piso se cambió por adoquín simulado. Ya en este siglo se demolió el teatro del pueblo y se instaló un quiosco más tradicional y se añadió una escultura de una fuente y una manzana. Este es la plaza donde los jóvenes ahora tienen sus memorias, la que ellos recordaran con alegría en un tiempo no muy lejano.